China, líder mundial en la producción de calzado.

Una de las preguntas más frecuentes en el sector del calzado es: ¿Cuál será la próxima China?  Adelantando la conclusión del artículo, les diré que la respuesta es fácil y muy predecible de acuerdo a la realidad actual, la próxima China es China. Y esto sigue siendo  así, aun cuando después de una década, se ha buscado  intensamente otros canales de abastecimiento para el mercado mundial.

Por supuesto, se han hallado algunas posibles alternativas y se ha producido una buena reserva de sustitutos de China en algunos nichos importantes del sector pero sin embargo existen pros y contras en la realidad de quienes se presentan como opciones al Dragón Asiático. Estos países enfrentan una serie de carencias y problemas para suceder en forma exitosa a quien es el primer productor mundial de calzado en la actualidad y desde hace varios años.

Los mayores inconvenientes que se observan son: el imprevisible aumento de los costos, la alta inflación, la escasa disponibilidad de trabajadores especializados, la falta de inversión en infraestructura para la fabricación del producto en sí mismo y para la producción local de las materias primas y accesorios necesarios para su elaboración, entre otros.

Podríamos asegurar que ni uno solo de estos países, ni ninguna combinación de ellos, serán capaces de realizar esta gran inversión en infraestructura como para poder suplantar a China en un futuro cercano.

Los últimos años del sector a través de los números.

En 2012 China representó alrededor de dos tercios de la producción mundial del calzado entre los mayores productores y aproximadamente la misma proporción de las exportaciones mundiales del sector. China eclipsa a todos los demás productores y exportadores. En 2013 la exportación de calzado desde este origen se incrementó en un 4 % en volumen de unidades y casi 7 % en valor, el mayor aumento de las exportaciones en los últimos años. Impresiona constatar que las exportaciones mantuvieron  su nivel a pesar de la cuadruplicación del coste de mano de obra entre 2005 y en 2013.

En 2013 China representó alrededor del 82% del volumen de zapatos importados por USA, aproximadamente el mismo nivel que disfrutó hace una década, pero inferior a su máximo histórico del 89% de las importaciones de calzado de USA, que alcanzó antes de la crisis económica del 2008.

La disminución de la cuota del mercado estadounidense por parte de China tiene su contrapartida en el aumento de la producción de varios otros países como Vietnam, Tailandia e India, por ejemplo. La mayor parte del cambio en los volúmenes de producción fuera de China ha estado reflejado en el calzado deportivo, en los modelos “casual” y los modelos elaborados en cuero.

La mano de obra en el mercado global del calzado.

Analizando los cambios que se están sucediendo en China y las consecuencias que estos pueden traer aparejadas, analizaremos uno de ellos, el que  tiene que ver con el aumento de los costos de mano de obra.

Comparando los costes laborales entre los distintos países productores y exportadores de todo el mundo en la industria del calzado, llegamos a la conclusión de que China tiene hoy en día el costo más alto de mano de obra. Sin embargo, China sigue y seguirá siendo por mucho tiempo más el líder global del mercado. Esto se debe a que las dificultades y carencias estructurales que tienen sus competidores compensan el diferencial.

Casi todos los posibles países productores de calzado que se presentan como alternativas a China y con menores costos laborales, como por ejemplo Vietnam, Camboya, India, Bangladesh, etc., presentan inconvenientes que limitan su potencial para convertirse en un gran productor.

Vietnam y Camboya tienen costos laborales más reducidos que China pero la disponibilidad de mano de obra capacitada es más limitada que la del Gigante Asiático. Y así como ahora mismo, las localizaciones y el coste del terreno es una limitación importante para Vietnam, en Camboya la productividad por trabajador es mucho menor que en China.

Mientras que en Indonesia el salario de un trabajador del calzado es  tan alto como el  de China y su productividad menor, India carece de la inversión extranjera necesaria y tiene regulaciones laborales desajustadas, que necesitan mejoras y revisión. A su vez Bangladesh se ve obstaculizado por los conflictos laborales y las limitaciones de su infraestructura.

Los países latinoamericanos no han convocado la suficiente  inversión extranjera para optimizar el sector y ser más competitivos.

Etiopía, la futura opción a China.

Tal vez el mayor potencial a largo plazo se encuentre en África, y sobre todo en Etiopía, que parece tener no sólo la situación laboral más atractiva por su amplía fuerza de trabajo, el apoyo de su propio gobierno, que promueve la inversión extranjera en proyectos de trabajo intensivo con las regulaciones pro-inversión y apuesta por un nuevo modelo de parques industriales,  sino que también cuenta con el fuerte respaldo del Gobierno Chino. Este hecho  hace que este país se convierta en el espacio ideal para la inversión extranjera en infraestructuras de producción y de elaboración de materia prima local. Obviamente, la mayor parte de estas inversiones extranjeras, ahora mismo, las realizan empresarios chinos.

Podemos agregar, que hasta la fecha su moneda se ha mantenido estable y favorable hacia el dólar y que goza de la exención de derechos de importación en USA. Además, Las Naciones Unidas han patrocinado allí proyectos de la industria del cuero durante décadas y el resultado es un sector capaz de  producir un calzado de cuero ovino y caprino de calidad mundial.

Sin lugar a dudas, esta puede ser una opción que determinará el futuro de la industria del calzado.

Conclusión.

A pesar de las predicciones, algunas catastróficas para mi gusto y del  interminable debate, China parece destinada a continuar con su dominio en la producción y exportación mundial de calzado en los próximos años, salvo trastornos macro-económicos.

Es muy poco probable que algún país asiático pueda ocupar su lugar debido a la falta de infraestructura básica y a la escasa producción local de materiales, especialmente si hablamos de sintéticos. En este último caso la dependencia de China es casi total y esto aumenta el costo de producción de los países competidores por la compra e importación del propio material sintético y el incremento de los días necesarios para producir por el mismo proceso de importación.

Espero que el artículo les ayude a hacer más fácil el aprovisionamiento de calzado en Asia.

Saludos!