Quienes son lectores frecuentes de este espacio y conocen mi dinámica, han podido apreciar que no he estado escribiendo con la intensidad y la regularidad con las que normalmente lo hago. Justamente, esto es debido a la nueva normalidad post COVID-19 en la que se ha disparado el número de eventos y jornadas online.

Durante estos últimos meses no he parado de recibir propuestas e invitaciones para diferentes conferencias, fórums y charlas online. Por una parte, es muy satisfactorio y estoy profundamente agradecido a todas aquellas personas e instituciones que confían en mi experiencia y en mi capacidad para compartirla ¡A todos ellos, mi más sincero agradecimiento! Por otra, tengo que dedicar más tiempo a las presentaciones, a la investigación de los temas previstos y por ello he estado publicando menos posts aquí.

Por esta misma situación, se me ha ocurrido publicar una serie de dos artículos que comienza con éste. Primero, para agradecer la confianza de quienes me invitaron y me han permitido ser parte de su apuesta de valor y en segundo lugar, para compartir con todos ustedes los interesantes contenidos que hemos expuesto y analizado; todos relevantes y de extrema actualidad.

Generar un abastecimiento sostenible y más versatil

El COVID-19 ha causado conmoción en el área de producción y suministro de la industria de la moda, poniendo en juego los medios de vida de millones de personas y la subsistencia de las empresas en toda su cadena de valor. Sin embargo, más allá de la gestión de la crisis inmediata, la industria debe mirar hacia la “próxima normalidad” y fundamentalmente, reformar sus prácticas de aprovisionamiento. Con estos lineamientos comenzaba mi participación en el VI FORO TEXTIL EXPORTADOR organizado por Perú Moda.

Antes de que estallara la crisis, la industria de la moda ya había comenzado a cambiar su modelo de sourcing obsoleto, caracterizado por largos plazos de entrega, la maximización del tamaño de los pedidos y una flexibilidad relativamente baja. Ya estaba claro que se necesitaba una transformación, en particular para hacer que el abastecimiento estuviera impulsado por la demanda y fuera más sostenible esocial y ambientalmente. La crisis del COVID-19 ha puesto a la estructura de la industria en un enfoque más nítido, ha habido una interrupción significativa de la demanda y de la cadena de suministro en toda la cadena de valor de la moda. Ahora mismo, la transformación es más importante que nunca para asegurar el futuro de la industria.

Tiempos de cambio

En el cencuentro sobre Economía Circular organizado por IXEL MODA he comenzado analizando el reporte Time of  Change By McKinsey, evaluando el impacto de la crisis en el abastecimiento de la moda y destacando  los pasos que están tomando las empresas en su respuesta inmediata. Luego, giramos hacia el largo plazo y consideramos las estrategias, y el cambio de paradigma, que serán necesarios para remodelar las prácticas de suministro en el futuro.

Estando totalmente alineado con el informe referenciado, considero que existen dos objetivos claves para esta transformación a largo plazo: un modelo de cadena de suministro impulsado por la demanda y un abastecimiento sostenible. Y debemos hacer hincapié en que, para toda empresa de moda, superar esta crisis y gestionar la transformación requerirá una estrecha colaboración en todos los niveles de la cadena de valor.

Para corroborar estos objetivos con la realidad del sector, McKinsey realizó una encuesta a gran escala entre los principales ejecutivos del sourcing de la indumentaria y la moda y añadió un grupo muy amplio de protagonistas globales de la industria. Estos ejecutivos del abastecimiento y las partes interesadas dejan en claro que, más allá de la gestión inmediata de crisis, la industria debe cambiar hacia un futuro más sostenible y centrado en la demanda.

El sourcing de la moda post COVID-19

En la charla Textiles y moda en tiempo de pandemia, organizada por la Universidad IBERO México expresaba que no era una sorpresa decir que las operaciones de abastecimiento de la industria de la moda se han visto muy afectadas por el COVID-19 pero si impacta conocer que esta crisis puede ser una oportunidad única para cambiar aquello que debemos mejorar en el sector.

Desde una perspectiva de ingresos, 2020 parece sombrío para la industria mundial de la moda. Luego de cinco años de crecimiento positivo, la consultora internacional estima que los ingresos de los sectores de indumentaria y calzado se contraerán entre un 27 y un 30% en 2020 en términos interanuales, con caídas aún más profundas en algunos subsectores y geografías. Esto contrasta con la previsión de crecimiento anterior al COVID-19 del 3 al 4% que hacía la consultora.

Continúan acumulándose presiones significativas debido a las fuerzas del lado de la oferta y la demanda. Las fuerzas de la demanda incluyen ventas perdidas debido al cierre de tiendas, cambios en la confianza del consumidor y crecimiento en el comercio electrónico. A largo plazo, las categorías discrecionales como la moda son las que más sufren los cambios en la confianza del consumidor. La industria también está viendo un cambio de canal a medida que los consumidores se han ido acostumbran cada vez más a las compras en línea durante el confinamiento. Muchos jugadores minoristas experimentarán una desalineación de inventario, con un exceso de producto de primavera-verano que requerirá un descuento adicional.

Relaciones estratégicas con proveedores

Si bien los minoristas y las marcas se han centrado inicialmente en asegurar su supervivencia, también enfrentan desafíos humanitarios tanto para sus propios empleados como para los de sus proveedores y socios a una escala nunca antes experimentada. La cadena de valor global e interconectada de la moda se ha visto gravemente interrumpida a medida que los países de todo el mundo han ido quedando confinados y bloqueados. Con los proveedores en apuros, millones de trabajadores en algunos de los países más pobres enfrentan la pérdida de ingresos y el peligro real de la pobreza y el hambre. Los minoristas y las marcas de la moda deben actuar con responsabilidad en esta época de crisis y, al mismo tiempo, garantizar la supervivencia de sus negocios.

A medida que COVID-19 se convirtió en una pandemia, las interrupciones del suministro y una caída en la demanda llevaron a fuertes recortes en los volúmenes de compra. Los ejecutivos de abastecimiento se han enfrentado al desafío de responder rápidamente al impacto de los cierres de sus tiendas, una caída en la confianza del consumidor, las existencias anteriores que obstruyen el sistema y los bloqueos de la producción. El impacto afectó por completo a los volúmenes de producción del 2020.

Respuestas del aprovisionamiento inmediato

Para gestionar esta situación sin precedentes, las empresas se esfuerzan por garantizar su supervivencia equilibrando el flujo de caja y el inventario, cumpliendo sus compromisos y asegurando la demanda en el futuro. Con la continua incertidumbre con respecto a la demanda y las interrupciones de la cadena de suministro, los ejecutivos de abastecimiento han tenido que enfocarse en cuatro prioridades inmediatas:

1. Asegurar el inventario y administrar la aceleración y desaceleración de las cadenas de suministro.
2. Optimizar el flujo de caja a lo largo de la cadena de suministro y garantizar el equilibrio óptimo entre la posición de caja, el impacto en los resultados y observar la estabilidad del proveedor.
3. Gestionar de forma proactiva el riesgo financiero en toda la cadena de suministro, con especial atención al apoyo a los proveedores.
4. Realizar ajuste de costos internos, incluyendo compromisos abiertos y gastos operativos de la gestión de abastecimiento.

Nos volvemos a encontrar en este mismo espacio con el segundo artículo de esta serie, en el cual les compartiré las conferencias con Fashion Revolution, Colombia Productiva y H. Cámara de Diputados de México.