Adaptarse o morir: la industria 4.0 vuelve a poner en jaque al textil

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Adaptarse o morir: la industria 4.0 vuelve a poner en jaque al textil

Les comparto el excelente artículo de Silvia Riera en Modaes.es sobre la Industria 4.0 y su influencia en el sector textil. ¡Gracias Silvia y Modaes.es por brindarme la oportunidad de participar en él! !Ha sido un auténtico placer!Industria 4.0-gabrielfariasiribarren.com

Adaptarse o morir: la industria 4.0 vuelve a poner en jaque al textil.

Silvia Riera – Modaes.es

La nueva transformación industrial arrastra también a la moda, que tiene en la gestión de datos el nuevo puntal sobre el que edificar nuevos modelos más rápidos, más eficientes, más predictivos y más rentables.

En Míchigan, un sastre toma medidas para un traje y las introduce en una tableta. Cerca de Oporto, las recibe en tiempo real su proveedor. De cada traje, se crea una ficha digital y un código de barras. Como si de una fábrica de coches se tratara, los datos van pasando de proceso en proceso y cada máquina, cada operario, sigue las especificaciones. Del registro inicial, los datos saltan a la máquina de corte, después al almacén automatizado de hilos, fornituras y etiquetas, y dan el salto a las costureras, que, junto a sus máquinas de coser, cuentan con un lector de código de barras y un pequeño ordenador que les da las coordinadas.

Cada día, salen de esta planta 300 trajes a medida, que son expedidos a cualquier lugar del planeta. En diez días, el cliente de Míchigan recibirá su traje a medida. El confeccionista portugués, por su parte, está estudiando abrir por primera vez su negocio hacia el consumidor final. ¿Está preparada la industria para esta nueva vuelta de tuerca? ¿Cuál es el impacto de la cuarta revolución industrial?

Tras adaptarse a la deslocalización industrial y sobrevivir a la última crisis financiera y de consumo, el textil encara ahora un cambio de paradigma productivo, que vuelve a poner en jaque su continuidad. Si la tercera revolución consistió en la automatización de los procesos para la producción en masa y en serie, la cuarta consiste en digitalizarlos y gestionar los datos para ganar eficiencia y rapidez, y mejorar la rentabilidad, con series cortas y personalizadas.

Esta transformación implica replantear de nuevo el modelo productivo de la industria textil y vuelve a redefinir las redes de aprovisionamiento.Industria 4.0-gabrielfariasiribarren.com

Esta transformación implica replantear de nuevo el modelo productivo de la industria textil y vuelve a redefinir las redes de aprovisionamiento, acercándolas de nuevo. Esta nueva industria pone en riesgo modelos productivos tradicionales así como los cientos de miles de puestos de trabajo no cualificado, aunque abre el abanico a nuevos perfiles profesionales más técnicos y más creativos. El cambio ha empezado y no hay marcha atrás. Los expertos coinciden: no se puede dar la espalda a la tecnología.

En esta línea, ya hay actores que han empezado a actuar en consecuencia. Adidas puso en marcha hace un año su primera Speedfactory en la localidad alemana de Ansbach y para este 2017 planea una segunda en Estados Unidos. Nike, por su parte, se alió con el fondo Apollo para crear estructura productiva en el mercado estadounidense y prepara la apertura de su primera fábrica robotizada en Atlanta para antes de finalizar el año. Amazon ha ido incluso un paso más allá y, por el momento, ha patentado el modelo de una factoría inteligente con todos los procesos integrados para producir bajo demanda.

De automatizar a digitalizar: el valor de los datos.

Los datos son el ADN de la nueva industria 4.0. La tecnología ya existe, los equipos también. La automatización de procesos hace tiempo que está implantada, también la comunicación entre máquina y máquina. La revolución ahora está en cómo gestionar el alud de datos que dan las máquinas.

Con la automatización, la industria es ahora capaz de sistematizar y parametrizar procesos, y puede extraer medias y patrones. Se trata de multitud de datos fiables que, si se saben leer, analizar y utilizar, pueden ayudar a mejorar la eficiencia y la rentabilidad de la cadena productiva.

Este nuevo escenario culmina con la introducción de la inteligencia artificial, que podría dotar de capacidad al propio sistema para tomar decisiones, ya sea en reordenar las líneas productivas o redefinir procesos e incluso predecir conductas. El objetivo final de este nuevo sistema no es otro que afinar la precisión para producir series cortas o productos personalizados sin penalizar la rentabilidad.Industria4.0-gabrielfariasiribarren.com

La automatización de procesos hace tiempo que está implantada, la revolución ahora está en cómo gestionar el alud de datos que dan las máquinas.

“En todos los sectores se está hablando de ello y no todo el mundo está preparado ni sabe de qué se trata”, explica Gabriel Farías, experto en aprovisionamiento. “En Europa, de momento son los grandes fabricantes de maquinaria los que están trabajando en ello y adaptando sus propios equipos con sensores capaces de leer datos”, apunta. “En un negocio en que la velocidad es estratégica, este nuevo sistema será capaz de predecir lo que el cliente está buscando y ofrecérselo de inmediato”, añade.

Farías plantea el escenario ideal, en el que los retailers pudieran ver en tiempo real qué hacen todas las máquinas de sus proveedores en todas las fases de la cadena de suministro y, conociendo la capacidad, sus fallos y sus picos de producción, poder mover líneas de producción de unos a otros para intensificar la velocidad de los pedidos. Y poder hacerlo con inteligencia artificial. No obstante, el experto considera que se está lejos de conseguirlo y su principal freno, más que la tecnología, es la transparencia. “Nadie está acostumbrado a compartir información”, asegura.

Los retos: inversión, formación y despidos.

De la misma manera que ocurrió con el resto de las revoluciones industriales, la 4.0 también está dando la vuelta a todo el sistema y planteando grandes retos, como un cambio cultural y de mentalidad empresarial, de costes, de formación de los equipos o sociales, con abultadas plantillas en confección y calzado en las economías emergentes. “La tecnología requiere adaptación, legislación y unas nuevas reglas del juego”, asevera Farías.

En cuanto a la inversión, los expertos coinciden en que este no debe ser el principal escollo porque el desembolso en equipos se da por supuesto en cualquier empresa sana. “El dolor de cabeza no viene por la inversión, sino por saber sacar provecho a los datos que se obtienen”, señala Farías.

“La tecnología no cambia de un día para otro”, afirma Jordi Galtés, presidente de la patronal de fabricantes españoles de maquinaria textil Amec. “Ya hace tiempo que equipamos nuestras máquinas con sistemas de control online, capaces de captar datos, pero hasta ahora sólo los utilizábamos para saber si todo iba bien, como un servicio más”, explica Galtés, quien hace hincapié en virar el rumbo del modelo de negocio y empezar a sacar partido de ellos.

“La tecnología requiere adaptación, legislación y unas nuevas reglas del juego”, asevera Gabriel Farías.Industria 4.0 gabrielfariasiribarren.com

El cambio de modelo empieza desde los propios fabricantes de tecnología. “Hasta ahora nuestro negocio era la máquina, pero a partir de ahora la máquina sólo será un pretexto porque lo que realmente tiene valor es gestionar los datos que se extraen de ella”, explica. “Tenemos que dejar de ser fabricantes de máquinas y empezar a ser gestores de datos”, añade y, en este mismo sentido, apunta que: “la máquina se da por supuesto que es buena, pero si sabes recoger y gestionar los datos puedes dar información, por ejemplo, sobre cómo realizar tejidos con mayor rentabilidad”.

“Todo este cambio debe ir acompañado de talento y de la creación de nuevos puestos de trabajo que nada tienen que ver con los tradicionales”, apunta Galtés, quien señala que queda todavía por ver cuál debe ser el perfil de las nuevas contrataciones. Este nuevo sistema productivo implica nuevas aptitudes laborales, nuevos cargos y nuevos puestos de responsabilidad. La tecnología crea también nuevas profesiones y quizás, en este nuevo escenario, no haya operarios, pero sean necesarios programadores, analistas matemáticos, estadistas o diseñadores industriales.

“La formación debe estar a la altura de los nuevos desafíos tecnológicos y las empresas deben tomarlo y empezar a formar de manera interna”, asegura Farías. Según Galtés, las máquinas sólo arrojan datos, pero se necesita una persona que les dé sentido y les aporte valor.

Marc Vidal, gurú en transformación y estrategia digital, defiende la tecnología frente a la robocalipsis. “La tecnología sólo es el cómo, las personas continúan decidiendo el porqué”, asegura el experto. “No hay que ver la tecnología como un agresor porque, si uno mira qué ocurre en los países más avanzados y con más tecnología se da cuenta que son los que tienen menores índices de paro”, sostiene.

Según Vidal, el reto formativo no sólo lo tienen las plantillas, sino también los directivos. “La industria 4.0 plantea también liderazgos diferentes y la necesidad de comprender que la tecnología está para crear mejores equipos”, explica.

El impacto social de este nuevo modelo productivo es otro de los grandes escollos de su implantación. No obstante, su incidencia en Estados Unidos o Europa será menor que en los países asiáticos, donde la mano de obra industrial es todavía intensiva y, sobre todo, en sectores tradicionales, como la confección de prendas o de calzado.

El impacto social de este nuevo modelo productivo es otro de los grandes escollos de su implantación.

“Cuando se explican las revoluciones industriales se pone en foco en los grandes acontecimientos, pero no en qué le sucedió a aquellos operarios a los que despidieron con la entrada de las primeras máquinas”, explica Vidal. El experto asegura que, al final, estas revoluciones terminaron por aportar mejoras en los derechos laborales. No obstante, Vidal también señala que la clase política también debe ser capaz de buscar soluciones para este periodo de transición.

El futuro.Industria-4.0-gabrielfariasiribarren.com

Ahora, la industria de la moda es capaz de colocar en el mercado un diseño en veinte días con normalidad; con proveedores en proximidad, puede forzar las entregas a diez días. Con la digitalización, ¿por qué no en 24 horas? Y con impresoras 3D, desde la misma tienda, ¿por qué no en quince minutos? Los expertos consultados coinciden en que llegará, sólo falta ver cuándo.

“Los fabricantes de coches saben que su negocio no está ya en vender coches, sino en vender movilidad”, asegura Vidal. “Todo el mundo se va a vestir, esto está claro, pero no queda tan claro cómo, con qué y cómo se fabricará”, subraya.

Este es el enlace al artículo de Silvia Riera en Modaes.es: Industria 4.0

 

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