En los últimos años el proceso determinado y repetido de los compradores de las empresas de moda, que han tenido que enfrentar la reducción de márgenes y el constante aumento de los costos de compra, ha sido cambiar el origen de producción a los países donde los costos de abastecimiento eran más bajos.  A este proceso en el sector se lo ha llamado “la próxima parada de la caravana del abastecimiento”.

Esa acción hoy en día está más activa que nunca, pero nuevas situaciones y objetivos han entrado en su dinámica. Algunos tradicionales orígenes productivos de bajo costo han ido perdiendo sus ventajas, mientras que los ejecutivos del aprovisionamiento de la moda están demostrando un fuerte interés en los nuevos países de producción como son Etiopía y Myanmar.

A ello debemos agregar que las marcas de indumentaria están siendo presionadas para que aumenten su velocidad y su flexibilidad de llegada al mercado. Esto ha disparado la vuelta de la producción en cercanía y la relocalización. Con la atención puesta en otros factores distintos al precio, incluyendo las alianzas estratégicas con los proveedores y los procesos de punta a punta de la cadena de suministro, se están volviendo cada vez más relevantes para los responsables del sourcing y el abastecimiento de la moda.

¿Cuál es el destino del sourcing de la moda?

Es muy visible que la mayoría de los ejecutivos del sourcing de la moda han programado sus compras y sus producciones con la meta compartida de disminuir el aprovisionamiento desde China. McKinsey en sus encuestas y el informe de la misma consultora internacional que venimos analizando – The apparel sourcing caravan’s next stop: Digitization – analizan y demuestran que estos programas de compra se están llevando a cabo a través de un cambio marcado y constante entre los diferentes orígenes de producción.

¿El apogeo de China ya es pasado?

El apogeo de China como país de abastecimiento de indumentaria a bajo costo ha desaparecido debido al aumento de la demanda del mercado local y a la disminución de la mano de obra disponible por el envejecimiento de la población y el cambio a empleos del sector servicios o de mayor prestigio social. No obstante, y aunque las exportaciones chinas están cada vez más presionadas, este origen productivo sigue siendo indispensable e insustituible para algunos determinados productos y materiales.

Por una parte, la increíble dimensión del sector manufacturero textil chino hace que el país siga siendo un protagonista muy importante y lo será por algunos años más. Además, los programas del gobierno chino, One Belt – One Road y Made in China 2025, modernizarán la industria del sector y lograrán mantener su importancia mundial.

One Belt – On Road es un programa de inversiones en infraestructura por valor de U$S 2 billones y brindará a los productores chinos de indumentaria y textil la posibilidad de mantener su preponderancia dentro de la industria global. Un ejemplo de ese desarrollo son las nuevas vías ferroviarias que reducirán los tiempos de transporte hacia a Europa y optimizarán el acceso de China al creciente mercado de consumo africano.

Made in China 2025 posee entre otras metas que la industria china lidere la carrera por lograr una mayor eficiencia a través de adoptar la digitalización y la automatización. La idea rectora de este proyecto es que la industria manufacturera de indumentaria y de la moda se vuelva más inteligente confiando en la tecnología de internet, la nube informática y el big data.

No debemos olvidar que a medida que los productores de indumentaria chinos amplíen sus inversiones extranjeras en países del Sudeste Asiático y África, optimizarán incluso su protagonismo en el abastecimiento de indumentaria global porque producirán a una mayor escala que superará su propio mercado doméstico.

¿Quiénes son los nuevos protagonistas del sourcing y del abastecimiento de la moda?

Se espera que Vietnam, India y Bangladesh a pesar de una desaceleración del incremento, continúen siendo los orígenes protagonistas del aprovisionamiento en el corto plazo. Mientras tanto, las paradas más recientes de la caravana del abastecimiento– Etiopía y Myanmar— disfrutan de un gran interés por parte de los responsables del sourcing de la moda. Etiopía está recibiendo grandes inversiones que han generado desarrollos dinámicos y está en la senda de convertirse en “la nueva gran posibilidad” del abastecimiento de indumentaria.

Etiopía y su auge actual.

McKinsey, en su última encuesta, preguntó a los principales responsables de compra de indumentaria qué países esperaban que fueran los tres principales orígenes de aprovisionamiento en los próximos cinco años.

Si bien, Bangladesh retuvo el primer lugar, escogido por casi la mitad de los encuestados- fue elegido como el origen productivo número uno por las pequeñas y medianas empresas, pero perdió terreno ante los ojos de las grandes marcas- Etiopía saltó al segundo lugar, superando a Myanmar y a Vietnam. Tanto los ejecutivos de las pequeñas empresas como los de las más importantes a nivel global ven a Etiopía como la gran posibilidad futura; pero las organizaciones con más de mil millones de dólares en valor de compra anual son especialmente positivas y ya clasifican al país africano como el origen más atractivo para sus oportunidades de suministro. Por esto, muchas de estas grandes marcas se han comprometido para construir una industria de indumentaria sustentable y así evitar los errores cometidos en el pasado en otros países de bajo costo.

Etiopía es la principal zona emergente que inicia el avance de África como un origen estratégico de producción de indumentaria a nivel mundial.

Etiopía es ahora mismo el país africano más dinámico para la producción de indumentaria; ningún otro país en África es percibido actualmente de igual forma.  Si bien es cierto que las exportaciones de prendas de Etiopía son todavía pequeñas en términos absolutos, el gobierno del país tiene una audaz visión y ha determinado una serie de eficientes políticas para desarrollar la expansión de esta industria intensiva en mano de obra.

Un exitoso proyecto que es producto de estas políticas programadas es el del Parque Industrial Hawassa, que ya cuenta con fábricas de indumentaria que están aprovisionando a algunas de las marcas mundiales más reconocidas. La primera etapa de este complejo industrial, que se estrenó en 2017, posee 37 modernas instalaciones productivas esparcidas en 100 hectáreas. Hawassa tiene como objetivo exportar USD 1 mil millones con 60.000 empleados para finales del año 2018. La mayor parte de la inversión proviene de China. Etiopía atrajo inversiones extranjeras por USD 1,2 mil millones en los primeros seis meses del año fiscal 2016, mayormente de empresas chinas, la mitad de las cuales tienen licencias para fabricación de productos textiles y de indumentaria.

¡Esperamos que la industria de la moda se siga desarrollando en Etiopía y aporte valor al país y a sus ciudadanos!